Inicio aceptando que la lectura de una cita textual en cualquier periódico del mundo es siempre incierta. El periodista en cuestión pudo haberla extraído de un contexto más amplio y explicativo; o el entrevistado estaba nervioso y ni quiso decir exactamente eso; o los micrófonos de indiscretos periodistas lo tensan; o un sin fin de argumentos a los que el entrevistado podrá convocar a la hora de la retractación.
Acepto en segundo lugar que la prueba INICIA no sólo deberá haber remecido la conciencia de quienes fueron sus víctimas, habrá remecido también la de sus victimarios. Sus victimarios, aquellos que los convencieron que en cuatro años de formación universitaria se podían construir las habilidades y competencias suficientes para calificar como maestros en Chile. Porque dígame usted una cosa, si en cuatro años la enseñanza media chilena y quienes hacemos clases allí debemos producir un adulto con las condiciones de conocer, saber hacer, y saber ser, ¿qué exime de semejante responsabilidad a las universidades?. Dicho de otro modo, ¿no puede hacer usted en su universidad, lo que yo hago en mi colegio, con menos medios?
Pero a pesar del supuesto inicial, lo que no se puede aceptar, es que un profesor universitario, decano de una facultad de educación, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, declare que "...al tener transparencia y obligatoriedad de la prueba, no sólo se les entregarán más herramientas a quienes contratan a nuevos profesores, sino que se podrían generar estrategias que incentiven la calidad y la autoexigencia de los planteles..."
Señor Francisco Claro, pero si esa es la misma lógica con la que se alaba el subsidio a la demanda en el mercado de la educación: "más información y libertad de movimiento, generará decisiones inteligentes de los padres que castigarán a los colegios de malos rendimientos". ¿No ha leído usted los incontables informes que dan cuenta de la banca rota teórica de esa opción ideológica?; si los leyó, ¿cómo es que aspira a ocupar la misma lógica de mercado para el sistema universitario?
Pero aún más, de contrabando pretende hacernos creer que en una salida a la coreana en donde el Estado podría contratar al 20% mejor evaluado y aumentar los sueldos en base a los resultados, "la prueba INICIA sería un buen comienzo". Tal vez usted no leyó completo el famoso informe McKenzie, pero ningún país de OCDE donde los resultados se mantienen y perduran en altos estándares tienen el sistema de mercado que nosotros sostenemos con argumentos como los suyos.
Pero aún más, asumiendo las injusticias de mis declaraciones en torno a las posibles tergiversaciones que la prensa hizo de sus declaraciones, que incluyen el recorte y la descontextualización de las mismas, se hecha de menos la mirada autocrítica; alguien que diga, nos equivocamos, vendimos algo que no reconocemos; no hicimos suficientes esfuerzos. Se echa de menos la mirada autocrítica sobre el sistema infame que nadie controla y que sigue vendiendo ilusiones.
Finalmente una palabra sobre sus ex alumnos, los suyos y los del sistema completo: no es a ellos a quienes debieramos estar apuntando sino a las universidades chilenas que los formaron. Hacia ellos, futuros maestros de chilenos, el deseo que la educación continua y su espíritu los envuelva.
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