sábado, 9 de agosto de 2014 | |

Cuando las politicas no son publicas

 Todos asumimos confiadamente que el Estado es administrado por un conjunto de organos burocraticos que en su conjunto forman el Gobierno. Para bien o para mal, elegimos periodicamente a un grupo de personas que parecen idoneas para tomar a nuestro nombre el control de esos aparatos para administrar el Estado, tomando decisiones que, acertada o desacertadamente, cambiaran el destino de muchas de nuestras vidas, o bien alteraran, para nuestra conveniencia o perjucio, parcialmente nuestras vidas.

Sabemos todos y todas, que sus decisiones pocas veces lograran el cien por ciento de aprobacion entre nosotros, y que la mayor parte del tiempo tendran detractores. Aun asi, y a pesar de nuestro sagrado derecho a disentir, algunas de esas medidas toman la forma de leyes, decretos, reglamentos o decretos con fuerza de ley que se ejecutaran incluso a veces en contra de nuestra voluntad. Las admitimos, incluso aquellas, como el precio a pagar por vivir en un Estado democratico que suponemos tiene mas ventajas que vivir en un Estado autocratico o incluso bajo dictaduras de cualquier signo.

Asumimos pues, que cuando una decision afectara el normal desempeno y desarrollo de la vida publica, las politicas que rigen su acontecer, seran el objeto de una "politica publica", mientras que si la accion transcurriere en la esfera privada, todas las reglas y criterios antes mencionados, no tendrian validez alguna puesto que el imperio de las decisiones recaeria sobre el titular de los derechos.

De esta manera, muy a mi pesar, nadie puede decir ni hacer mucho mas que una protesta o un boicot al pago obligatorio de estacionamiento en los edificios de los mall, pero en tanto que el derecho de propiedad privada asigna a su propietario un derecho de administracion discrecional, nada hay mas que pagar por su uso, o bien no ir en auto.

No opera de la misma forma la discresion cuando el bien es de uso publico, o se encuentra en la delicada categoria de bien publico. Puede asumirse que en la vida democratica, los limites de su uso y goce son discresion de una autoridad que hemos elegido democraticamente que lo administrara conforme al beneficio del bien publico, para lo cual, elaborara o modernizara una politica publica a traves de leyes, reglamentos y otros mas.

En Chile, a contrapelo incluso del sentido comun, el desmantelamiento del estado ha sido tan profundo, que las politicas publicas las dictan entidades privadas. El ejemplo mas impresionante es el que nos ha legado el senor rector de la USACH Juan Manuel Zolezzi, quien con el descaro de un emperador, dictara desde el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), la politica del ranking como requisito de ingreso a las universidades chilenas. A todas, sean ellas de caracter privadas, o publicas.

La declaracion, noble por cierto, de "emparejar la cancha" para permitir a traves de subsidio de puntaje, que alumnos de escuelas y liceos vulnerables entraran a las universidades del Consejo de Rectores, ha terminado por producir una catastrofe  de la que dificilmente pueda recuperarse la escualida educacion publica nacional.

Casi cien alumnos del Instituto Nacional ya han emigrado de su colegio durante el segundo semestre de cuarto medio, casi la mitad de las alumnas del Liceo Carmela Carvajal lo han hecho, huyendo de los efectos perversos de la politica del ranking.

El primer problema evidente, es que no hablamos solo de bienes privados, donde su propietario pudiera argumentar el derecho de propiedad para definir politicas de acceso discrecionales, hablamos de un bien publico sobre el qqe esperariamos politicas publicas y no decisiones privadas, emanadas desde organos colegiados privados; el segundo problemas, menos evidente, es que esos alumnos y alumnas que emigran desde los liceos emblematicos, desplazaran a los alumnos y alumnas de los liceos a los que llegan, aguando la fiesta de Zolezzi y Cia; el problema de fondo, es que se trata de un efecto perverso que se produce cuando las politicas que rigen las areas de lo publico, no son en su naturaleza publicas.

Nada hay en el escenario actual que pueda devolvernos la fe,  excepto la eleccion del ultimo rector de la Universidad de Chile, el Senor Vivaldi. ALli estan las ultimas esperanzas de una reformulacion de una politica privada que afecta la propiedad publica de la educacion universitaria.

1 comentarios:

amanda dijo...

Es terrible el efecto del ranking tengo en mi clase una carmelita caida, llegada al colegio hace 2 semanas y siguen llegando,exelente estudiante.
Ahora colegios como Instituto nacional, el carmela y el uno terminaran sin egresar a estudiantes de cuarto medio!!! lo dimencionaran los astutos que idearon el ranking??