sábado, 19 de septiembre de 2015 | |

Refugiados sirios y geopolítica

Es un hecho que la marcha de los pobres, en este caso mayoritariamente sirios, ha sorprendido al mundo e indignado a occidente. Tal y como en otras ocasiones, la abundancia de material gráfico y el enfoque de los reporteros, tuvo un único objetivo hasta ahora: sacudirnos moralmente. Indignarnos. Pero sobre todo, exigirnos avanzar en la reflexión de por qué nadie está resolviendo la crisis Siria.

Como si los estados europeos pudieran escuchar la reclamación moral de millones de indignados ciudadano del mundo, Alemania, Inglaterra y Francia han comenzado a responder. Hasta ahora su respuesta ha sido, como dicta el catálogo de buenas prácticas europeas, quirúrgico, limpio y sin bajas. Zonas controladas por los extremistas islámicos han sido bombardeadas mientras se mantiene en la prensa la pregunta por la viabilidad del gobierno de Bashar al Assad. Mientras tanto, esos mismos países continúan vendiendo armas en medio oriente, tanto a gobiernos como a grupos rebeldes.

Lo que no hemos visto hasta ahora con igual precisión en los medios, es la pregunta de fondo: ¿como es que miles, cientos de miles de refugiados sirios que hasta hace un año estaban en campos turco alimentados por Naciones Unidas, pueden ahora de pronto cruzar Europa desde Turquía a Alemania y desafiar las estrictas reglas de seguridad fronteriza entre esas naciones? ¿Por qué el petróleo sigue a la baja a pesar de la crisis Siria? ¿Qué rol juega Estados Unidos en el conflicto? ¿Por qué Israel se opuso tanto como Arabia Saudita al acuerdo de Estados Unidos con Irak?

Desde luego todos sabemos que medio oriente es un horizonte cultural y político en el que variables tan difíciles de manejar como el ambiente religioso juegan un rol central en las definiciones geo-políticas. Aun sin contar con el peso petrolero de la zona y su relación histórica de presión sobre occidente a través de Europa. Así que, al menos vale la pena pensar en algunas de esas preguntas.

Ensayemos pues algunas respuestas tomando ideas que ya se encuentran entre los medios mundiales:

1. Bashar al Assad pende de un hilo. La guerra Siria ha llegado al nivel en el que Siria es ya un estado en disolución. Isis cuenta hoy con dinero propio en las zonas que controla; otorga pasaportes e identificación propia; parece obvio que cuenta con dinero suficiente como para continuar armando hasta los dientes a sus milicianos, y ha sido capaz de sostener amplias zonas liberadas del centro - este del territorio rodeado por una delgada franja de kurdos que avanzan con agenda propia desde Turquía, mientras que el gobierno es empujado y acorralado hacia la frontera oeste. Bashar al Assad, igual que su padre fue siempre un gran aliado ruso, y su desastre se desató como consecuencia de la llamada "primavera árabe" alimentada desde occidente con el fin de desestabilizar la antigua balanza post colonial de la guerra fría. El gobierno, históricamente una dictadura familiar de Siria se desploma en medio de la aparente indiferencia norteamericana y europea hasta ahora, probando de paso la ineficacia rusa de dar apoyo a su único aliado en medio oriente.

2. Estados Unidos gana con la crisis. La guerra incluyó entre medio de los sucesos, el calentamiento de la crisis nuclear con Irak y su propaganda indisimulada en los medios de prensa mundial. Obama termina su mandato con un interesante pacto de no producción de armamento nuclear con Irak que a corto plazo vuelve a colocar al islámico país en el mercado petrolero e imposibilita a Obama para intervenir militarmente en la crisis de Siria. Rusia parecía hasta allí haber tenido éxito en sacar las castañas con la mano del gato, clausurando la condición policial de los Estados Unidos en el área más caliente y manteniendo su área de influencia cada vez más restringida en oriente. Pero nadie contaba con la crisis humanitaria de los migrantes que cual arma de destrucción masiva fue liberada desde Turquía. Estados Unidos tiene ahora una excusa para presionar a sus aliados occidentales a seguir con su política de desestabilización en Siria.


3. Pierden en la crisis Israel y Arabia Saudita. En primer lugar Israel nunca estuvo de acuerdo con el juego estratégico de los norteamericanos. Para ellos, la disolución del Estado Sirio representa el mismo desorden potencial que representó en su momento la disolución del Líbano, retaguardia fundamental del terrorismo palestino, con la agravante de que Siria no es un país limítrofe con Israel lo que sólo le deja la complicada acción área como alternativa única. A cambio, parece obvio, sigue recibiendo dinero norteamericano para aumentar su "escudo protector", un complejo sistema de misiles de alerta temprana que ya probó su eficacia en la última crisis de Gaza. Israel sigue siendo una complicada cabeza de playa de occidente en el horizonte islámico. Arabia Saudita por su parte, ha debido enfrentar la crisis como el aliado forzado de la estrategia norteamericana manteniendo el precio del petróleo a la baja, buscando inhibir por ahora la participación de Irak en el lucrativo mercado petrolero. Recibe a cambio una nueva bofetada norteamericana que en los mismos días en que escribo, decide mantener la tasa de interés sujetando cualquier alza del dólar.

4. Gana el islamismo Sirio. Para Isis, el maquillaje británico, francés o turco, no es más de lo que ya tienen: una guerra brutal que se puede seguir a través de youtube. Las ciudades más importantes de Siria yacen bajo los escombros de la guerra, lo que para el islamita estado que controla más de la mitad de Siria no es sino el primer paso de una guerra prolongada que debiera darles el control de Siria o al menos de la mayor parte del país, excluyendo cualquier alianza con el demonio occidental. Gana el Estado Islámico, porque su existencia es más fácil de manejar para occidente y más simple de demonizar en los medios que la compleja relación de al Assad con Rusia y el delicado equilibrio de medio oriente. Gana el Estado Islámico, porque en el tablero geopolítico de medio oriente, su triunfo es también el triunfo de los Estados Unidos contra Rusia, lo que le permite seguir escuchando el balido del oso ruso sin preocupación. Particularmente ahora que avanza sobre Ucrania.

5. Pierde Rusia. Porque no ha podido sostener ni en el inconsciente colectivo del "mainstream" ni en la guerra de los medios, supremacía moral. Pierde porque no resultó ser la potencia militar capaz de sostener el equilibrio Sirio. Pierde porque ha demostrado ser incapaz de estar en dos frentes simultáneamente: dejó a Siria para defender su posición en Ucrania, y todos sabemos por el ejemplo norteamericano, que una potencia con afanes, no puede sino ser capaz de estar en más de un frente con posibilidades de ganar. Pierde Rusia porque lo más probable es que la veamos retroceder del mapa medio orienatal.

6. Gana potencialmente el kurdistán. Gana porque controla hoy en términos militares una franja en el límite de Siria y Turquía. Gana porque de seguro esta vez sus líderes habrán comprado la promesa norteamericana de un estado propio a mediano plazo después de históricas traiciones de occidente que culminaron con sus respectivas matanzas silenciadas en los medios occidentales en Turquía. Gana el kurdistán porque es posible observar el fortalecimiento militar de la zona lo que deja a Turquía en una posición menos ventajosa que en otras ocasiones como en la guerra de Irán. De todas formas, y por la experiencia kurda en la historia, todo está por verse.

7. Pierde la opinión pública, que desinformada y enajenada por la prensa libre mundial, que se hace eco de una campaña que no es más que otra pieza en el juego geopolítico de occidente.

Es interesante pensar que al gobierno Sirio le quedan pocos meses. Es interesante observar como Estados Unidos ha desplegado una diplomacia agresiva del mismo modo en que despliega sus porta aviones. Es interesante pensar en la pregunta que viene: ¿cómo se resuelve el problema chino?. Pero eso es de otro costal.

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