sábado, 7 de julio de 2018 | |

Los primeros números

Horas después de los aumentos tributarios impuestos a productos chinos desde la administración norteamericana, ya tenemos algunos números que se publican en prensa. Aunque es peligroso adjudicar los resultados a una hipótesis o a otra, dada la compleja red que explicará finalmente el origen de esos resultados, y que aún puede ser muy temprano para vincular un resultado económico a una decisión de política económica, vale la pena revisarlos. Particularmente los datos de Wall Street, siempre tan reactiva y sensible a los cambios.

Repasemos.

Aunque el desempleo norteamericano aumenta algunas décimas para llegar a un 4%, el mes de junio trajo la señal de 213.000 nuevos empleos, casi 8 años de crecimiento ininterrumpido del empleo. La bolsa por otro lado, reacciona con un Dow Jones de la producción Industrial avanzando un 0,41%; el índice selectivo de acciones S&P 500 ganó un 0,85% y el índice compuesto del mercado Nasdaq trepó un 1,34%, (whttp://www.latercera.com/pulso/noticia/wall-street-se-aleja-las-consecuencias-la-guerra-comercial/233973/).

En lo que va de su administración, las mismas fuentes señalan que el déficit comercial se ha reducido un 6,6% (equivalente a US$ 43.100 millones). Los números sin embargo, no logran exorcizar los temores de una escalada en la guerra tarifaria. Ana Swanson y Neil Irwin (https://www.nytimes.com/2018/07/06/us/politics/trump-trade-war-unclear-outcome.html?rref=collection%2Ftimestopic%2FUnited%20States%20Economy&action=click&contentCollection=timestopics&region=stream&module=stream_unit&version=latest&contentPlacement=1&pgtype=collection) alertan sobre la posible contracción de la producción de pequeños empresarios locales manufactureros y agricultores que podrían verse afectados por el impacto de la guerra tributaria en las cadenas de valor global. Repuestos, maquinaria agrícola de bajo precio, herramientas y todo tipo de insumos que afectarán la pequeña empresa  podrían terminar golpeando tanto al empleo como a la producción.

Los ganadores de esta guerra sin embargo, los grandes productores industriales particularmente del acero y el aluminio, advierten la necesidad de medidas como la de Trump señalando que China viene en picada contra el comercio norteamericano desde hace años. Primero con un dumping laboral por el bajo precio de su mano de obra y luego con el enorme subsidio a las empresas estatales que compiten con la producción norteamericana. Suman a ello las agresivas políticas de China contra el dólar, y el pirateo informático.

Políticamente los primeros, pequeños empresarios industriales y agricultores, son votantes de Trump, los segundos, sus financistas.

Articulistas de revistas americanas advierten sobre dos cosas: el potencial aumento de la inflación podría obligar a la Reserva Federal (nuestro Banco Central) a aumentar sus tasas, inhibiendo la inversión; y en segundo lugar, los aumentos vistos en el empleo no se han traducido en aumentos salariales obligando a las familias a absorber el impacto de la inflación.

Como escribí en el artículo anterior, el gran desafío de la economía norteamericana es permitir el traspaso de factores productivos ociosos y tratar de insertarlos en la cadena productiva sin que eso signifique una escalada inflacionaria. Algo que parece tan difícil como arriesgado. 

Adam Posen, Presidente de Peterson Institute for International Economics señaló la semana pasada que la guerra tarifaria con China, podría terminar siendo la Afganistán de la administración Trump: "...su lanzamiento de una guerra comercial probaría, sin embargo, ser su Afganistán económico: costoso, abierto e infructuoso...". 

El resultado a corto plazo podría favorecer el objetivo final de Trump, renegociar los acuerdos de libre comercio con México y Canadá (NAFTA) y los términos de intercambio con China hasta empujarlo a una guerra real en Asia. La pregunta que ronda es si la economía norteamericana podrá sostener en el largo plazo la guerra sin ser dañada hasta llevarla a una depresión con forma de estanflación.

Visto desde el punto de vista más global, es obvio que la "neo con" (la nueva derecha conservadora norteamericana) está buscando forzar al mundo incluido sus aliados europeos, a una nueva arquitectura de la globalización. Intentaré dibujar ese plano en los próximos días.


0 comentarios: