jueves, 6 de diciembre de 2018 | |

¿Son los PEI de las Esculas herramientas estratégicas para la gestión educativa de sus comunidades? Diagnostico desde la bibliografía existente.


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El Proyecto Educativo Institucional es en palabras del MINEDUC, el instrumento que permite plasmar la propuesta educativa del establecimiento educacional, en término de garantizar una buena trayectoria escolar para las y los estudiantes. Se manifiesta en un documento público de planificación estratégica y es la “expresión de las aspiraciones de la comunidad educativa que ayudan a esa comunidad a imaginar y diseñar un futuro imaginado de manera colectiva” (Piie, 2014)

Declarativamente, posee una importancia estratégica en la gestión escolar, pues incorpora un eje identitario en el que cada comunidad educativa imagina, construye y, finalmente suscribe a un conjunto de valores compartidos que orientan la visión del establecimiento, su misión y perfiles. Ello ordena luego la construcción de los objetivos estratégicos, el programa de acción y los procesos de seguimiento y evaluación que promoverán su transformación “en un instrumento flexible de planificación estratégica-situacional, que permita al equipo directivo orientar a la institución escolar hacia el logro de sus fines.” (Lavín, 2000)

La importancia estratégica de un PEI, es que posibilita a las comunidades educativas soñar con un futuro posible que les permita adecuarse a los cambios que acontecerán, respondiendo con éxito, e incluso anticipando, a las demandas que la sociedad civil hará sobre ellas. Esa es la razón por la que un PEI debiera en primer lugar ser revisitado constantemente y, en segundo lugar, representar coherente y transparentemente a las propias demandas que su comunidad realiza. Un PEI declarado, exitoso, es un PEI que vive la comunidad escolar entera. No hay otro modo de hacer efectiva su potencialidad estratégica y anticipatoria.

Los desafíos de un PEI estratégico construido de manera colectiva son, en primer lugar, dar cuenta de las exigencias de una sociedad civil en cambio adaptativo a la modernidad, y en segundo lugar, representar fielmente el marco legal que les otorga la consideración de un documento público.

Sin embargo, pareciera que no siempre un PEI es el resultado exitoso de esa acción; la concentración y homogenización de la gran mayoría de los PEI en un número reducido de variables, indican que ellos, no se materializan en una gran diversidad de proyectos educativos (Villalobos,F. Salazar,C, 2014) El mayor peligro, es que el ejercicio de construir el eje estratégico de desarrollo de una unidad educativa transformándolo en un acto puramente declarativo y administrativo, puede terminar generando un PEI declarado, y un PEI oculto que descansa más bien en las concepciones particulares de cada miembro de la comunidad, poniendo en riesgo la sobrevivencia de la unidad educativa y de su “proyecto”.

Cabría entonces distinguir “entre el PEI como proceso de construcción colectiva de una intencionalidad compartida por la comunidad; el PEI como documento escrito el cual puede ser resultado de una construcción colectiva, o de un asesor o asesores contratados para tal efecto; y el PEI documento como instrumento normativo destinado a orientar la práctica cotidiana de las instituciones educativas” (Ávila Penagos, Rafael y CamargoAbello Marina , 1999)

Aunque no existe suficiente evidencia respecto de la forma en cómo se construyen participativamente los Proyectos Educativos en las escuelas de nuestro país, sí existe evidencia sobre la participación de las comunidades escolares, cuestión que permite deducir desde allí, qué tan participativo y real puede llegar a ser un PEI. Y es que, aunque existen iniciativas y mecanismos para fomentar la participación, “…algunas investigaciones indican que dichas plataformas para la participación de la comunidad, a veces, solo funcionan como una formalidad y que su impacto en las organizaciones de los establecimientos puede ser limitado. La repercusión de los diferentes consejos en los establecimientos depende de cómo se defina su rol, de cómo estén involucrados en la práctica y en su capacidad para cumplir su función.” (Santiago, P. Fiszbein, A. García Jaramillo,S. Radinger, T., 2017)

A pesar de que “es preferible tener un PEI original, aunque sea regular, que tener un PEI perfecto pero copiado” (Alvarado Oyarce, 2005 ), y aunque no existe suficiente evidencia bibliográfica, es posible intuir que los principales problemas que enfrentan los equipos de gestión a la hora de construir un PEI, son:

La presión de los sostenedores por contar con Proyectos Educativos Institucionales lo menos comprometedores posibles desde el punto de vista valórico y con los mayores énfasis posibles en resultados estandarizados (“…los directores están presionados para alcanzar resultados medibles por parte de sostenedores…” (Weinstein J. Muñoz G. , 2012);
Las propias limitaciones técnicas de los equipos de gestión y del equipo de profesores (“los directores de escuelas y liceos han tenido prolongados períodos formativos, pero no han contado con una orientación clara hacia las competencias necesarias para el ejercicio de la función directiva” (Weinsten, J. Muñoz, G., 2012);
la propia valoración que los Equipos de Gestión otorgan al PEI, muy por debajo de la valoración que entregan al PME;
Las dificultades de compatibilizar el tiempo de los docentes y de los equipos directivos para efectuar reuniones de trabajo con el objeto de construir un PEI participativo (Sobre las horas no lectivas el 65% de los encuestados pertenecientes a los establecimientos municipales señala que efectivamente aumentaron. Respecto de su uso el 63% señala que es destinado al trabajo técnico pedagógico individual y sólo el 34% cree que es utilizado en el  trabajo técnico pedagógico colaborativo” (CEDLE, 2017);
Las limitaciones políticas a la participación de las comunidades escolares, quienes a pesar de tener una institucionalidad que se los permite, se ven restringidas en sus derechos y limitadas a cuestiones más bien burocráticas;

El tipo de instrumento con el que el MINEDUC promueve la construcción que no representa procesos de acompañamiento, pero que descansa más bien en la función fiscalizadora (“Las políticas de aseguramiento de la calidad…fomentan una racionalidad instrumental en que se prioriza el logro de metas y el cumplimiento de los procedimientos exigidos para una rendición de cuentas satisfactoria. Ello deja entrar en tensión con criterios pedagógicos, contextuales y éticos de los actores escolares. Los resultados muestran, además, que las políticas no han logrado producir un modelo de apoyo efectivo, que desarrolle capacidades internas y comunidades profesionales que generen procesos de mejoramiento a largo plazo (Falabella, 2014) ;


Aunque la autonomía e independencia de los colegios está garantizada constitucionalmente y por la Ley General de Educación, la homogeneidad de los Proyectos Institucionales pone en jaque tales principios. A ello habrá que sumar las dificultades que una comunidad enfrenta con sus propios grupos de interés y presión. De no revisitar y adaptar sus PEI´s con un formato colaborativo y una mirada verdaderamente estratégica, los riesgos serán siempre muy altos.


Bibliografía

Piie. (2014). Guìa Metodològica para la construcción participativa del Proyecto Educativo Institucional .
Lavín, S. D. (2000). El proyecto educativo institucional como herramienta de transformación de la vida escolr . LOM - Piie.
Villalobos,F. Salazar,C. (2014). Informe Proyectos Educativos en el sistema escolar chileno: una aproximación a las libertades de enseñanza y elección. Informes para la política educativa Nª2/Junio 2014 (UDP) .
Ávila Penagos, Rafael y CamargoAbello Marina . (1999). La utopía de los PEI en el laberinto escolar. Ediciones Antropos.
Santiago, P. Fiszbein, A. García Jaramillo,S. Radinger, T. (2017). OCDE, Revisión de Recursos Escolares Chile. Santiago, Chile: OCDE.
Alvarado Oyarce, O. (2005 ). Gestión de proyectos educativos, Lineamientos metodológicos. Lima : Fondo Editorial UNSM.
Weinstein J. Muñoz G. . (2012). ¿Qué sabemos sobre los directpres de escuela en Chile? . Chile: Fundación Chile y PUC Chile .
Weinsten, J. Muñoz, G. (2012). ¿Qué sabemos de los directores de escuela en Chile? Chile: Fundación Chile - PUC.
CEDLE. (2017). 5ª Encuesta La Voz de los Directores . Santiago : Universidad Diego Portales .
Falabella, A. O. (2014). Sistema de aseguramiento de la calidad y procesos de mejoramiento: una mirada desde la gestión educativa, Informe Ejecutivo . Santiago: CIDE - UAH.




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