domingo, 21 de diciembre de 2008 | |

Calidad en educación: volver a las fuentes

Conocemos la mayoría de los factores determinantes de la calidad de nuestra educación, sabemos que hay un número importante de ellos que podemos controlar a través de programas de intervención gubernamental y escolar; conocemos, evaluamos y comparamos diversos programas destinados a elevar la calidad de lo que hacemos en el aula y la escuela; reconocemos que algunos de los factores determinantes de la calidad son difíciles de entender, medir, interpretar y más allá incluso intervenir. Así que, en último termino ¿dónde está el nudo que pasa por el concepto de calidad?, ¿por qué es obviado en muchos documentos de propuesta que circulan?, ¿se encuentra aquí un inicio de los problemas a la hora de las políticas públicas y privadas?

Es probable que al menos parte de esas preguntas tengan una respuesta afirmativa. El problema de la calidad no es menor. Desde luego permítanme dos “ex ante adlimes”: no da lo mismo la forma en que entendemos el concepto de “calidad”, y mucho menos la forma en que la midamos, que es su consecuente lógico.

Una parte de los documentos que circulan en la red sobre calidad, tiende a hacer un énfasis en el concepto desde variables mensurables, ergo estadísticamente presentables. En ello, se juega un concepto cercano a la idea de capital versus rendimiento. En la misma categoría creo que podríamos encontrar la valoración de la calidad como “valor agregado”, un concepto de origen productivista en la que la calidad podría presentarse como todo aquello que podríamos medir sobrepasando las condiciones de entrada escolar. En esa misma línea, y ya en una perspectiva de la administración de los recursos se encuentra la idea de que calidad es asociable con el concepto de eficiencia: técnica si se obtiene el máximo rendimiento de los recursos; económica si se obtienen los mayores beneficios a los menores costos posibles. Conceptos como “Incorporación al PIB” o “Desarrollo de Capital Humano” parecieran asociarse con mayor propiedad a este concepto de calidad

De plano quisiera descartar que de ellas se pueda tomar distancia por provenir estas de algún mundo espurio a la educación misma. No es posible encontrar un solo concepto en la educación que le sea propio, privativo y connatural. Como ejemplo, la evaluación y la planificación se instalan con propiedad en la educación con la experiencia militar profesional proveniente del siglo XV en occidente.

Una segunda familia de abordajes al concepto, proviene de una mirada cuyo énfasis está en el proceso más que en el resultado. Sería en ella característico un énfasis en el ambiente y los factores externos, en donde la medición de la calidad tiene mayor énfasis procesual. Los estándares únicos y hasta nacionales están más alejados de esta familia de comprensiones en donde importan mucho más las metas sociales de promoción y progreso, integración e igualdad de oportunidades. La mayor dificultad aquí es encontrar mecanismos de medición eficientes, mecanismos que orienten las decisiones de políticas públicas; su bondad radica en que se amplía el concepto de “capital humano” al de “calidad de vida”.

Ningún sistema podría obviar las categorías de un modelo de calidad basado en las condiciones externas y mucho menos en la medición de los procesos, particularmente cuando ellos están vinculados a las metas nacionales. He aquí uno de los mayores beneficios de esta óptica.
Luego, calidad en educación, es al menos otro espacio de lucha ideológica en lo que toca a lo que hacemos y medimos. Sin embargo, es posible integrar elementos de ambas miradas tal y como se entienden hasta hoy. En los hechos, el Ministerio de Educación y este gobierno así parecen entenderlo (al menos más explícitamente que los anteriores). Por de pronto han colaborado a cerrar la discusión acerca de que los estándares y pruebas de medición nacional como SIMCE sólo colaboran a acrecentar las brechas sociales, reproducidas todas en la educación, incorporando nuevos estándares de medición orientados al proceso y conceptualizaciones orientadas a fortalecer la educación pública.

En esto último, a pesar de su falta de decisión y de las falencias propias de un bloque en desintegración que no ha dado respaldo político ni legislativo a su presidenta, el gobierno nos invita sutilmente a recordar que la medición de la calidad, es en educación - al igual que en cualquier otro ámbito – una cuenta de sus atributos escenciales. En otros términos, para mirar, para entender y conceptualizar la calidad en educación, se hace necesario volver a sus orígenes, a sus fuentes.

Así, la connotación más simple de calidad nos llevará siempre a los atributos de lo que pretendemos medir para determinar de cualquier modo su calidad, y ello debiera vincularnos con sus objetivos y su misión, así también como con su disposición a utilizar sus recursos, pero al menos debiera alejarnos un poco de la idea acerca de que la educación sería el remedio de todos los problemas de la sociedad.

Su medición nos llevaría entonces al lugar donde comenzáramos porque nos remitiría a la pregunta por los estándares y en ello el Ministerio de Educación ha comenzado a avanzar tras la conformación de estándares mínimos en las asignaturas. Una escuela eficiente, medida desde la óptica de proceso o de resultado, sería así una que cumple con esos estándares, pero también una que acumula valor agregado en el mediano plazo.

Adicionalmente y en la misma perspectiva, debiéramos tomar posición sobre aquello que la propia presidenta declara en su Mensaje a la Cámara de Diputados con motivo de la Ley que Fortalece la Educación pública donde declara: “una educación pública de primer nivel es indispensable para que Chile sea una sociedad de oportunidades que garantice a todos sus habitantes el acceso a los frutos del desarrollo y del progreso…”

1 comentarios:

BINOCULAR EDUCATIVO dijo...

me gustaria que pudieras especificar mas tu concepto de calidad , creo que uno de los grandes problemas es que no hay un solo criterio para determinar si algo es de calidad o no, y si es asi, la calidad debiese ser para todos un parametro aceptado , la pregunta de que calidad estamos hablando ?
marcela