viernes, 20 de enero de 2012 | |

Colegio de Profesores, pierde pierde

La lógica del juego de las negociaciones siempre supone evaluar las contiendas desde la perspectiva de lo que se ha ganado y perdido al final de la misma. La evidencia parece sostener que en el desafiante año 2011 el Colegio de Profesores está del lado de quienes han perdido - perdido.

Vamos por parte:
1. La dirigencia colegiada fue inteligente en la forma en que se posicionó en las marchas pero la sobre exposición de Gajardo lo hizo antipático hasta para el propio movimiento estudiantil que finalmente lo desplazó por la borda.
2. Una coyuntura en la que las demandas del Colegio de Profesores pudo haberse elevado sistemáticamente junto a las demandas del movimiento estudiantil se frustró por las incompetencias mediáticas del Colegio. Seamos sinceros, la fuerza mediática del movimiento estudiantil se fagocitó literalmente toda la pantalla política de 2011 y estuvo incansablemente acaparando titulares. Nadie cupo en el ancho de banda creado por el movimiento estudiantil más que el propio movimiento estudiantil. Y siendo como era la plataforma del colegio, sí debió haber coexistido con las demandas de los estudiantes.
3. Era el momento para airear la octogenaria dirigencia del Colegio de Profesores, era el momento de preservar la continuidad y de demostrar un proceso de renovación. Por más que Gajardo se tiña el pelo, su antiguedad es tan evidente como su discurso de Guerra Fría. El colegio y las dirigencias políticas perdieron una oportunidad única de foguear dirigentes jóvenes y carismáticos. Por cierto, ¿los hay?
4. La derrota más profunda del Colegio sin embargo será hasta marzo invisible. Porque en marzo, los números darán cuenta de una matrícula municipal al borde de la extinsión con colegios cerrados o fusionados y con una masa gigantesca de profesores municipales en condición de cesantes. La mayor parte de los municipios, no me cabe la menor duda, aprovechará el pánico para despedir a dirigentes del colegio y una vez más la base social en la que el colegio se sustenta, mayoritariamente profesores municipales, se habrá diesmado.

Hacia el futuro, al Colegio sólo le quedan tres elementos estretégicos para su spervivencia:

Primero, Programar un recambio urgente del liderazgo
Segundo, planificar y sostener sistemáticamente un ataque sindicalizador e inclusivo hacia el Colegio de Profesores de la masa enorme de docentes que trabajan en el sistema subvencionado, no hay otro modo de resistir la jibarización.
Tercero, Afinar la puntería y aceitar la muñeca política porque en un año más propositivo y mediático, el colegio corre serio riesgo de invisibilizarse.

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