Todo lo demás son postales

Seis y media de la mañana en Valparaíso y las únicas almas que caminan por sus calles son las putas que huyen del día y de la mirada de los gentiles. No quieren preguntas ni miradas indiscretas que les recuerden ni el pecado ni el camino de la redención. Ellas me recuerdan esa frase tan chilena, "el Estado es del tamaño de sus instituciones". Y qué instituciones porteñas estas putas, de pantalones apretados, tacos livianos y evidentes, lentes oscuros y pelo teñido.
Un hombre rocía de cloro la vereda frente a su tienda, para borrar el recuerdo de quizás que noche mientras que una camioneta LUV del Estado de Chile descansa frente a un sospechoso portón metálico. El café de al lado ofrece café express y recuerda en su pizarra que el alcohol no quita las penas, asì como tampoco lo hace el agua. Los taxis a la salida del viejo Cinzano, cerrado bajo candados, parecen evidenciar que tras las rejas, nadie dice nada. Están listos para salir escondiendo a los parroquianos de tan santa clerecía.
"Botica Salcobrand". Todo aquí o miente o te esconde lo real, todo excepto las putas que caminan entre la soledad y el sueño roto de la secretaria ejecutiva bilungue de alguna empresa naviera.ç
Todo lo demás, es postal o sitio web.