domingo, 31 de enero de 2016 | |

El retraso en la tasa de retorno para el lustro que viene

La regla que enseñan los últimos años de desarrollo es que la proporción de la tasa de recuperación del capital invertido disminuye proporcionalmente a la dependencia del capital natural. A la inversa completamente, la tasa de recuperación del capital de inversión aumenta proporcionalmente a la dependencia del capital intangible.

Esto quiere decir en pocas palabras que aunque los últimos diez o quince años de buenos precios de commodities favorecieron enormemente a las economías latinoamericanas productoras de bienes naturales y favorecieron la producción de empleos más caros y por ende la reducción de la pobreza, la alta dependencia de nuestras economías de estos productos naturales, se reflejó en un rendimiento más bajo del capital invertido comparado con las economías que apostaron por el desarrollo de capital intangible.

Al otro lado de la vereda, la producción de capital intangible o el valor agregado  de la economía que no tiene existencia física sino que es el conjunto de conocimiento y valores adquiridos en el aprendizaje institucional, social, empresarial y hasta fiscal, produjo en estos mismos diez años, mayor acumulación de capital, y por tanto mayor rédito a sus inversionistas, que aquellos que descansaron en la inversión de los commodities.

Esa es una de las razones por las cuales veremos en el futuro lustro que nos espera, resurgir economías que vimos tambalear durante estos años. Economías capitalistas cuya fortaleza radica precisamente en atraer la inteligencia hacia sus inversionistas para ampliar las tasas de retorno del capital invertido. La misma razón debiera explicar la caída de las economías exportadoras de comodities.

¿Cuánto y cuán velozmente caerán estas economías que descansaron en el retorno de los recursos naturales? ¿Cuánto de lo que se recuperó en pobreza va a perderse en estos cinco años de perdida de capital?

Al termino de este lustro veremos si efectivamente el giro de la economía hacia los sectores llamados "de una economía inteligente" serán más definitivos y de qué manera los países latinoamericanos se suman a ella en cadenas virtuosas o no. Ahora es cuando hubiésemos necesitado una revolución en el sistema educativo de hace por lo menos diez o quince años. Pero eso no puede ocurrir en países como el nuestro condenados por una  oligarquía tonta y corrupta.

0 comentarios: