martes, 18 de octubre de 2016 | |

Clausurado el debate, clausurados los cambios

Sobre las desventuras de un gobierno francamente inepto, ya no vale la pena escribir. Los hechos se han vuelto tan inocuos y tan vacíos que hay más política en un jardín infantil que en los recovecos del poder en Chile.

Escribí hace no poco, que Bachellet había clausurado el debate público. sumado ello a su tan lamentable gestión, debiera yo agregar ahora, que ha clausurado además toda posibilidad de soñar con algún cambio. Esta vez porque luego de tanto experimento fallido, mal habido y mal administrado, la realidad simplemente no hace más que imponerse desde el realismo más puro. 

No hay espacio para soñar más cambios porque este gobierno los cerró todos con su imbecilidad.

¿Qué podríamos soñar con cambiar ahora que ya nadie puede creer  en nadie? ¿Hacia dónde podríamos pensar en avanzar ahora que lo único cierto es que nada funciona? 

Estoy casi seguro que lo que viene ahora, más allá de las viejas caras que ya conocemos y que no significan absolutamente nada, es una especie de "tiranía de la realidad". Lo real, sea ello percibido o no como aquello, sea ello significado como tal o como un constructo ideológico, sea ello el fruto de la enajenación o de la voluntad, terminará imponiéndose para colmo de males.

No habrá otra cosa que AFP's, porque Bachellet desahució cualquier cambio tras su brutal acercamiento y administración del tema; no habrá más educación pública, porque el modo tan inepto como desgraciado en que fue resuelta la reforma no admite más cambio ni más sueño posible. Los impuestos chilenos seguirán subsidiando el negocio de la salud privada porque cualquiera que quiera hacer algo distinto tendrá la memoria colectiva de este fracaso como freno y resistencia.

No habrá más que "lo real", porque lo demás, se habrá convertido en un mal sueño, provocado por un gobierno salpicado en corrupción y mala gestión. Lo trágico aún está por venir, porque tras la dictadura de lo real, se impone lo posible, los límites que el gobierno de Bachellet dejó, tras la clausura de la política y los sueños.

Habr+a que pensar en el modelo inglés como el mejor posible para la educación de este país.


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